En calzoncillos delante del portátil. La silla es de plástico, por lo que me sudan mucho los pliegues entre los muslos y los testículos y también entre las nalgas. Como allí hay mucho pelo, el sudor se queda atrapado y produce un olor muy fuerte, que sube y puedo identificar sin esfuerzo. No se me ocurre qué escribir, pero el olor empieza a llenar la habitación de tal manera que considero que debo empezar ya para concentrarme en algo, porque me estoy sintiendo muy guarro y me gustaría ir a ducharme, o por lo menos a secarme con una toalla todo el sudor acumulado en mis partes. Paralelamente a esta sensación de suciedad, me acucia una excitación incontrolable que terminará por doblegar mi minada fuerza de voluntad y me conducirá al cuarto de baño. Sigo en calzoncillos delante del portátil, sin nada que escribir.
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